5
Harim, Meremot, Obadías,
6
Daniel, Ginetón, Baruc,
7
Mesulam, Abías, Mijamín,
8
Maazías, Bilgai, y Semaías; estos eran sacerdotes.
9
Y los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi de los hijos de Henadad, Cadmiel;
10
y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán;
11
Micaía, Rehob, Hasabías,
12
Zacur, Serebías, Sebanías,
13
Hodías, Bani, Beninu.
14
Los cabezas del pueblo: Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani,
15
Buni, Azgad, Bebai,
16
Adonías, Bigvai, Adín,
17
Ater, Ezequías, Azur,
18
Hodías, Hasum, Bezai,
19
Harif, Anatot, Nebai,
20
Magpías, Mesulam, Hezir,
21
Mesezabeel, Sadoc, Jadúa,
22
Pelatías, Hanán, Anaías,
23
Oseas, Hananías, Hasub,
24
Halohes, Pilha, Sobec,
25
Rehum, Hasabna, Maasías,
26
y Ahías, Hanán, Anán,
27
Maluc, Harim, Baana.
28
Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, netineos, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos hijas, y todo sabio y entendido.
29
Fortificados con sus hermanos, sus nobles, y vinieron en la protestación y en el juramento de que andarían en la ley de Dios, que fue dada por mano de Moisés, siervo de Dios; y que guardarían y pondrían por obra todos los mandamientos del SEÑOR nuestro Señor, y sus juicios y sus estatutos;
30
y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
31
Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de sábado, nada tomaríamos de ellos en sábado, ni en día santo; y que dejaríamos el año séptimo, y remitiríamos toda deuda.
32
Impusímonos además por ley el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo, para la obra de la Casa de nuestro Dios;
33
para el pan de la proposición, y para la ofrenda continua, y para el holocausto continuo, y de los sábados, y de las nuevas lunas, y de las festividades, y para las santificaciones y para las expiaciones para expiar a Israel, y para toda la obra de la Casa de nuestro Dios.
34
Echamos también las suertes, los sacerdotes, los levitas, y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la Casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de nuestro Dios, como está escrito en la ley.
35
Y que cada año traeríamos las primicias de nuestra tierra, y las primicias de todo fruto de todo árbol cada año, a la Casa del SEÑOR.