8
Todo el tiempo de su nazareato, será santo al SEÑOR
9
Y si alguno muriere muy de repente junto a él, contaminará la cabeza de su nazareato; por tanto el día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá
10
Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo del testimonio
11
y el sacerdote ofrecerá el uno como el pecado, y el otro como holocausto; y reconciliará el que pecó sobre el muerto, y santificará su cabeza en aquel día
12
Y consagrará al SEÑOR los días de su nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán anulados, por cuanto fue contaminado su nazareato
13
Esta es, pues, la ley del Nazareo; el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo del testimonio
14
y ofrecerá su ofrenda al SEÑOR, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin tacha como el pecado, y un carnero sin tacha como sacrificio de paz
15
además un canastillo de pan ázimo, tortas de flor de harina amasadas con aceite, y hojaldres de pan ázimo untadas con aceite, y su presente, y sus libaciones
16
Y el sacerdote lo ofrecerá delante del SEÑOR, y ofrecerá su pecado y su holocausto
17
y ofrecerá el carnero en sacrificio de paz al SEÑOR, con el canastillo de los panes ázimos; ofrecerá asimismo el sacerdote su presente, y sus libaciones
18
Entonces el Nazareo raerá a la puerta del tabernáculo del testimonio la cabeza de su nazareato, y tomará los cabellos de la cabeza de su nazareato, y los pondrá sobre el fuego que está debajo del sacrificio de la paz