2
y se presentaron delante de Moisés, y delante del sacerdote Eleazar, y delante de los príncipes, y de toda la congregación, a la puerta del tabernáculo del testimonio, y dijeron:
3
Nuestro padre murió en el desierto, el cual no estuvo en la congregación que se reunió contra el SEÑOR en la compañía de Coré; sino que en su pecado murió, y no tuvo hijos.
4
¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre.
5
Y Moisés llevó su causa delante del SEÑOR.
6
Y el SEÑOR respondió a Moisés, diciendo:
7
Derecho piden las hijas de Zelofehad; les darás posesión de heredad entre los hermanos de su padre; y traspasarás la heredad de su padre a ellas.
8
Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cuando alguno muriere sin hijo, traspasaréis su herencia a su hija;
9
y si no tuviere hija, daréis su herencia a sus hermanos;
10
y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su padre.
11
Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia a su pariente más cercano de su linaje, el cual la herederá; y será a los hijos de Israel por ley de derecho, como el SEÑOR mandó a Moisés.
12
Y el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel.