23
Porque no hay aguero contra Jacob, ni hay adivinación contra Israel. A su tiempo se le dirá a Jacob y a Israel: ¡Ved lo que ha hecho Dios!
24
He aquí, un pueblo se levanta como leona, y se yergue como león; no se echará hasta que devore la presa y beba la sangre de los que ha matado.
25
Entonces Balac dijo a Balaam: ¡De ninguna manera los maldigas ni los bendigas!
26
Pero Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te dije que todo lo que el SEÑOR habla, eso debo hacer?
27
Y Balac dijo a Balaam: Ven, te ruego, te llevaré a otro lugar; quizá le plazca a Dios que me los maldigas desde allí.
28
Entonces Balac llevó a Balaam a la cumbre del Peor, que da hacia el desierto.
29
Y Balaam dijo a Balac: Constrúyeme aquí siete altares y prepárame aquí siete novillos y siete carneros.
30
Balac hizo tal como Balaam le había dicho y ofreció un novillo y un carnero en cada altar.