19
Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir el SEÑOR
20
Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieren a llamarte estos varones, levántate y ve con ellos; pero harás lo que yo te dijere
21
Así Balaam se levantó por la mañana, y cinchó su asna, y fue con los príncipes de Moab
22
Y el furor de Dios se encendió porque él iba; y el ángel del SEÑOR se puso en el camino por adversario suyo; y él iba cabalgando sobre su asna, y con él dos criados suyos
23
Y el asna vio al ángel del SEÑOR, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino
24
Pero el ángel del SEÑOR se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro
25
Y viendo el asna al ángel del SEÑOR, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla
26
Y el ángel del SEÑOR volvió a pasar, y se puso en una angostura, donde no había camino para apartarse ni a diestra ni a siniestra
27
Y viendo el asna al ángel del SEÑOR, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó, y azotó al asna con el palo
28
Entonces el SEÑOR abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has herido estas tres veces
29
Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Si tuviera espada en mi mano, ahora te mataría