8 El pueblo iba, lo recogía y lo molía entre dos piedras de molino, o lo machacaba en el mortero, y lo hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con aceite.
9 Cuando el rocío caía en el campamento por la noche, con él caía el maná.
10 Y Moisés oyó llorar al pueblo, por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira del SEÑOR se encendió en gran manera, y a Moisés no le agradó.
11 Entonces Moisés dijo al SEÑOR: ¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia ante tus ojos para que hayas puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?
12 ¿Acaso concebí yo a todo este pueblo? ¿Fui yo quien lo dio a luz para que me dijeras: "Llévalo en tu seno, como la nodriza lleva al niño de pecho, a la tierra que yo juré a sus padres"?
13 ¿De dónde he de conseguir carne para dar a todo este pueblo? Porque claman a mí, diciendo: "Danos carne para que comamos."
14 Yo solo no puedo llevar a todo este pueblo, porque es mucha carga para mí.
15 Y si así me vas a tratar, te ruego que me mates si he hallado gracia ante tus ojos, y no me permitas ver mi desventura.
16 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo.
17 Entonces descenderé y hablaré contigo allí, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, y llevarán contigo la carga del pueblo para que no la lleves tú solo.
18 Y di al pueblo: "Consagraos para mañana, y comeréis carne, pues habéis llorado a oídos del SEÑOR, diciendo: "¡Quién nos diera a comer carne! Porque nos iba mejor en Egipto.' El SEÑOR, pues, os dará carne y comeréis.
19 "No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días,
20 sino todo un mes, hasta que os salga por las narices y os sea aborrecible, porque habéis rechazado al SEÑOR, que está entre vosotros, y habéis llorado delante de El, diciendo: "¿Por qué salimos de Egipto?'"
21 Pero Moisés dijo: El pueblo, en medio del cual estoy, llega a seiscientos mil de a pie; y tú has dicho: "Les daré carne a fin de que coman, por todo un mes."
22 ¿Sería suficiente degollar para ellos las ovejas y los bueyes? ¿O sería suficiente juntar para ellos todos los peces del mar?
23 Y el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Está limitado el poder del SEÑOR? Ahora verás si mi palabra se te cumple o no.
24 Salió Moisés y dijo al pueblo las palabras del SEÑOR. Reunió después a setenta hombres de los ancianos del pueblo y los colocó alrededor de la tienda.
25 Entonces el SEÑOR descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron; pero no volvieron a hacerlo más.
26 Pero dos hombres habían quedado en el campamento; uno se llamaba Eldad, y el otro se llamaba Medad. Y el Espíritu reposó sobre ellos (ellos estaban entre los que se habían inscrito, pero no habían salido a la tienda), y profetizaron en el campamento.
27 Y un joven corrió y avisó a Moisés, diciendo: Eldad y Medad están profetizando en el campamento.
28 Entonces respondió Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud, y dijo: Moisés, señor mío, detenlos.
29 Pero Moisés le dijo: ¿Tienes celos por causa mía? ¡Ojalá todo el pueblo del SEÑOR fuera profeta, que el SEÑOR pusiera su Espíritu sobre ellos!
30 Después Moisés volvió al campamento, y con él los ancianos de Israel.
31 Y salió de parte del SEÑOR un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer junto al campamento, como un día de camino de este lado, y un día de camino del otro lado, por todo alrededor del campamento, y como dos codos de espesor sobre la superficie de la tierra.
32 Y el pueblo estuvo levantado todo el día, toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron las codornices (el que recogió menos, recogió diez homeres ), y las tendieron para sí por todos los alrededores del campamento.
33 Pero mientras la carne estaba aún entre sus dientes, antes que la masticaran, la ira del SEÑOR se encendió contra el pueblo, y el SEÑOR hirió al pueblo con una plaga muy mala.
34 Por eso llamaron a aquel lugar Kibrot-hataava , porque allí sepultaron a los que habían sido codiciosos.
35 Y de Kibrot-hataava el pueblo partió para Hazerot, y permaneció en Hazerot.

English Standard Version ESV

Numbers 11:8 1The people went about and gathered it and ground it in handmills or beat it in mortars and boiled it in pots and made cakes of it. 2And the taste of it was like the taste of cakes baked with oil.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Números 11:8 El pueblo se esparcía, y lo recogía, y lo molía en molinos, o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera, o hacía de él tortas; y su sabor era como sabor de aceite nuevo

King James Version KJV

Numbers 11:8 And the people went about, and gathered it, and ground it in mills, or beat it in a mortar, and baked it in pans, and made cakes of it: and the taste of it was as the taste of fresh oil.

New King James Version NKJV

Numbers 11:8 The people went about and gathered it, ground it on millstones or beat it in the mortar, cooked it in pans, and made cakes of it; and its taste was like the taste of pastry prepared with oil.

Nueva Traducción Viviente NTV

Números 11:8 La gente salía a recogerlo del suelo. Con el maná se hacía harina en los molinos de mano o se machacaba en un mortero. Luego se hervía en una olla para hacer panes planos que sabían a pastelitos horneados con aceite de oliva.

Nueva Versión Internacional NVI

Números 11:8 El pueblo salía a recogerlo, y lo molía entre dos piedras, o bien lo machacaba en morteros, y lo cocía en una olla o hacía pan con él. Sabía a pan amasado con aceite.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Números 11:8 Derrámabase el pueblo, y recogían, y molían en molinos, ó majaban en morteros, y lo cocían en caldera, ó hacían de él tortas: y su sabor era como sabor de aceite nuevo.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Números 11:8 El pueblo se esparcía, y lo recogía, y lo molía en molinos, o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera, o hacía de él tortas; y su sabor era como sabor de aceite nuevo.

Herramientas de Estudio para Números 11:8-35