2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo
3 Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el Reino de los cielos
4 Bienaventurados los que lloran (enlutados), porque ellos recibirán consolación
5 Bienaventurados los mansos; porque ellos recibirán la tierra por heredad
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia (o rectitud), porque ellos serán saciados
7 Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia
8 Bienaventurados los de limpio corazón; porque ellos verán a Dios
9 Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia (o rectitud), porque de ellos es el Reino de los cielos
11 Bienaventurados sois cuando os vituperen y os persigan, y se dijere toda clase de mal de vosotros por mi causa, mintiendo
12 Gozaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en los cielos; que así persiguieron a los profetas que estuvieron antes de vosotros
13 Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal perdiere su sabor ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder
15 Ni se enciende la lámpara y se pone debajo de un almud, sino en el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos
17 No penséis que he venido para desatar la ley o los profetas; no he venido para desatarla, sino para cumplirla
18 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde perecerá de la Ley, hasta que todas las cosas sean cumplidas
19 De manera que cualquiera que desatare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y los enseñare, éste será llamado grande en el Reino de los cielos
20 Porque os digo, que si vuestra justicia (rectitud) no fuere mayor que la de los escribas y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos
21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No cometerás homicidio; y cualquiera que cometiere homicidio, será culpado del juicio
22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare descontroladamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere: Fatuo, será culpado del infierno

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Mateo 5:2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

English Standard Version ESV

Matthew 5:2 And 1he opened his mouth and taught them, saying:

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Matthew 5:2 Then He opened His mouth and taught them, saying:

Nueva Traducción Viviente NTV

Mateo 5:2 y él comenzó a enseñarles.

Nueva Versión Internacional NVI

Mateo 5:2 y tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo:

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Mateo 5:2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Mateo 5:2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

Herramientas de Estudio para Mateo 5:2-22