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Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así.
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De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá.
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Y si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor se tarda en venir;
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y comenzare a herir a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
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vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y a la hora que no sabe,
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y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.