7
y trajeron el asna y el pollino; pusieron sobre ellos sus mantos, y Jesús se sentó encima.
8
La mayoría de la multitud tendió sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.
9
Y las multitudes que iban delante de El, y las que iban detrás, gritaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!
10
Cuando El entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, y decían: ¿Quién es éste?
11
Y las multitudes contestaban: Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.
12
Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas.
13
Y les dijo<***>: Escrito está: "MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACION", pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES.
14
Y en el templo se acercaron a El los ciegos y los cojos, y los sanó.
15
Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron
16
y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les respondió<***>: Sí, ¿nunca habéis leído: "DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO TE HAS PREPARADO ALABANZA"?
17
Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí.
18
Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tuvo hambre.
19
Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino sólo hojas, y le dijo<***>: Nunca jamás brote fruto de ti. Y al instante se secó la higuera.
20
Al ver esto, los discípulos se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al instante?
21
Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: "Quítate y échate al mar", así sucederá.
22
Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.
23
Cuando llegó Jesús al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad?
24
Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, que si me la contestáis, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas.
25
¿De dónde era el bautismo de Juan?, ¿del cielo o de los hombres? Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: "Del cielo", El nos dirá: "Entonces, ¿por qué no le creísteis?"
26
Y si decimos: "De los hombres", tememos a la multitud; porque todos tienen a Juan por profeta.
27
Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. El a su vez les dijo: Tampoco yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
28
Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegándose al primero, le dijo: "Hijo, ve, trabaja hoy en la viña."
29
Y respondiendo él, dijo: "No quiero;" pero después, arrepentido, fue.
30
Y llegándose al otro, le dijo lo mismo; pero él respondió y dijo: "Yo iré, señor"; y no fue.
31
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron<***>: El primero. Jesús les dijo<***>: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros.
32
Porque Juan vino a vosotros en camino de justicia y no le creísteis, pero los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, ni siquiera os arrepentisteis después para creerle.
33
Escuchad otra parábola. Había una vez un hacendado que PLANTO UNA VIÑA Y LA CERCO CON UN MURO, Y CAVO EN ELLA UN LAGAR Y EDIFICO UNA TORRE, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje.
34
Y cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.
35
Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.
36
Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo.
37
Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "Respetarán a mi hijo."