35
Mas los labradores, tomando a los siervos, al uno hirieron, y al otro mataron, y al otro apedrearon.
36
Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
37
Y a la postre les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
38
Mas los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y tomemos su heredad.
39
Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.
40
Pues cuando viniere el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?
41
Le dicen: a los malos destruirá sin misericordia, y su viña dará a renta a otros labradores, que le paguen el fruto a sus tiempos.
42
Les dijo Jesús: ¿Nunca leisteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, esta fue hecha por cabeza de esquina? Por el Señor es hecho esto, y es cosa maravillosa en nuestros ojos.
43
Por tanto os digo, que el Reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que hagan el fruto de él.
44
Y el que cayere sobre esta piedra, será quebrantado; y sobre quien ella cayere, lo desmenuzará.
45
Oyendo los príncipes de los sacerdotes y los fariseos sus parábolas, entendieron que hablaba de ellos.
46
Y buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le tenían por profeta.