29
Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te pagaré."
30
Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31
Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.
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Entonces, llamándolo su señor, le dijo<***>: "Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste.
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"¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?"
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Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.
35
Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.