14 De la misma manera, no es la voluntad de mi Padre celestial que ni siquiera uno de estos pequeñitos perezca.
15 Cómo corregir a otro creyente
16 pero si no te hace caso, toma a uno o dos más contigo y vuelve a hablarle, para que los dos o tres testigos puedan confirmar todo lo que digas.
17 Si aun así la persona se niega a escuchar, lleva el caso ante la iglesia. Luego, si la persona no acepta la decisión de la iglesia, trata a esa persona como a un pagano o como a un corrupto cobrador de impuestos.
18 »Les digo la verdad, todo lo que prohíban
en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitan
en la tierra será permitido en el cielo.
19 »También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo la hará.
20 Pues donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo estoy allí entre ellos.
21 Parábola del deudor que no perdona
Luego Pedro se le acercó y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien
que peca contra mí? ¿Siete veces?
22 —respondió Jesús—,
23 »Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que decidió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado dinero.
24 En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata.
25 No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda.
26 »El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme paciencia y te lo pagaré todo”.
27 Entonces el amo sintió mucha lástima por él, y lo liberó y le perdonó la deuda.
28 »Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de plata.
Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato.
29 »El compañero cayó de rodillas ante él y le rogó que le diera un poco más de tiempo. “Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré”, le suplicó.
30 Pero el acreedor no estaba dispuesto a esperar. Hizo arrestar al hombre y lo puso en prisión hasta que pagara toda la deuda.
31 »Cuando algunos de los otros siervos vieron eso, se disgustaron mucho. Fueron ante el rey y le contaron todo lo que había sucedido.
32 Entonces el rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste.
33 ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”.
34 Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Mateo 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.

English Standard Version ESV

Matthew 18:14 So it is not the will of my Father who is in heaven that one of these little ones should perish.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Mateo 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños

King James Version KJV

Matthew 18:14 Even so it is not the will of your Father which is in heaven, that one of these little ones should perish.

New King James Version NKJV

Matthew 18:14 Even so it is not the will of your Father who is in heaven that one of these little ones should perish.

Nueva Versión Internacional NVI

Mateo 18:14 Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Mateo 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Mateo 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Herramientas de Estudio para Mateo 18:14-34