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Una vez que se despidió de la multitud, entró en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le pidieron:—Explícanos la parábola de la mala hierba del campo.
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—El que sembró la buena semilla es el Hijo del hombre —les respondió Jesús—.
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El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los hijos del reino. La mala hierba son los hijos del maligno,
39
y el enemigo que la siembra es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
40
»Así como se recoge la mala hierba y se quema en el fuego, ocurrirá también al fin del mundo.
41
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar.
42
Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar de dientes.
43
Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.