27
Y si yo por Beelzebú echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces
28
Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios
29
Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus alhajas, si primero no prendiere al hombre fuerte; y entonces saqueará su casa
30
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no coge, derrama
31
Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no le será perdonada a los hombres
32
Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero
33
O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol podrido, y su fruto podrido; porque por el fruto es conocido el árbol
34
Generación de víboras, ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca
35
El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas
36
Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio
37
porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado