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Entonces dijo<***> al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra.
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Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon contra El, para ver cómo podrían destruirle.
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Mas Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos le siguieron, y los sanó a todos.
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Y les advirtió que no revelaran quién era El;
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para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:
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MIRAD, MI SIERVO, A QUIEN HE ESCOGIDO; MI AMADO EN QUIEN SE AGRADA MI ALMA; SOBRE EL PONDRE MI ESPIRITU, Y A LAS NACIONES PROCLAMARA JUSTICIA.
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NO CONTENDERA, NI GRITARA, NI HABRA QUIEN EN LAS CALLES OIGA SU VOZ.
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NO QUEBRARA LA CAÑA CASCADA, NI APAGARA LA MECHA QUE HUMEA, HASTA QUE LLEVE A LA VICTORIA LA JUSTICIA.
21
Y EN SU NOMBRE PONDRAN LAS NACIONES SU ESPERANZA.
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Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía.
23
Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David?