9 Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.
10 Y se guardaron para sí lo dicho, discutiendo entre sí qué significaría resucitar de entre los muertos.
11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?
12 Y El les dijo: Es cierto que Elías, al venir primero, restaurará todas las cosas. Y, sin embargo, ¿cómo está escrito del Hijo del Hombre que padezca mucho y sea despreciado?
13 Pero yo os digo que Elías ya ha venido, y le hicieron cuanto quisieron, tal como está escrito de él.
14 Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos.
15 Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, le saludaban.
16 Y El les preguntó: ¿Qué discutís con ellos?
17 Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi hijo que tiene un espíritu mudo,
18 y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.
19 Respondiéndoles Jesús, dijo<***>: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo!
20 Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y éste, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.
21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez.
22 Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: "¿Cómo si tú puedes?" Todas las cosas son posibles para el que cree.
24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad.
25 Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.
26 Y después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: ¡Está muerto!
27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.
28 Cuando entró Jesús en la casa, sus discípulos le preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
29 Y El les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con oración .
30 Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y El no quería que nadie lo supiera.
31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
32 Pero ellos no entendían lo que decía, y tenían miedo de preguntarle.
33 Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino?
34 Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién de ellos era el mayor.
35 Sentándose, llamó a los doce y les dijo<***>: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.
36 Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos les dijo:
37 El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió.
38 Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía.
39 Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí.
40 Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está.
41 Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa.
42 Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.
43 Y si tu mano te es ocasión de pecar , córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno , al fuego inextinguible,
44 donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
45 Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno,
46 donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
47 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
48 donde EL GUSANO DE ELLOS NO MUERE, Y EL FUEGO NO SE APAGA.
49 Porque todos serán salados con fuego .

English Standard Version ESV

Mark 9:9 And as they were coming down the mountain, he charged them to tell no one what they had seen, until the Son of Man had risen from the dead.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Marcos 9:9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijeran lo que habían visto, sino cuando el Hijo del hombre hubiera resucitado de los muertos

King James Version KJV

Mark 9:9 And as they came down from the mountain, he charged them that they should tell no man what things they had seen, till the Son of man were risen from the dead.

New King James Version NKJV

Mark 9:9 Now as they came down from the mountain, He commanded them that they should tell no one the things they had seen, till the Son of Man had risen from the dead.

Nueva Traducción Viviente NTV

Marcos 9:9 Mientras descendían de la montaña, él les dijo que no le contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombre
se levantara de los muertos.

Nueva Versión Internacional NVI

Marcos 9:9 Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre se levantara de entre los muertos.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Marcos 9:9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que á nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del hombre hubiese resucitado de los muertos.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Marcos 9:9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del hombre hubiese resucitado de los muertos.

Herramientas de Estudio para Marcos 9:9-49