32
Y le traen un sordo y tartamudo, y le ruegan que le ponga la mano encima.
33
Tomándole aparte de la multitud, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua (con la saliva);
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y mirando al cielo, gimió, y dijo: Efata: que es decir : Sé abierto.
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Luego fueron abiertos sus oídos, y fue desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
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Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.
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Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.