36
Y enviando la multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros barquitos.
37
Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el barco, de tal manera que ya se llenaba.
38
El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?
39
Y levantándose, increpó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fue hecha grande bonanza.
40
Y a ellos dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
41
Y temieron con gran temor, y decían el uno al otro. ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?