31
Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las simientes que hay en la tierra;
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mas después de sembrado, sube, y se hace la mayor de todas las legumbres, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo puedan morar bajo su sombra.
33
Y con muchas parábolas como éstas les hablaba la Palabra, conforme a lo que podían oír.
34
Sin parábola no les hablaba; pero a sus discípulos en particular declaraba todo.
35
Y les dijo aquel día cuando fue tarde: Pasemos al otro lado.
36
Y enviando la multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros barquitos.
37
Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el barco, de tal manera que ya se llenaba.
38
El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?
39
Y levantándose, increpó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fue hecha grande bonanza.
40
Y a ellos dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
41
Y temieron con gran temor, y decían el uno al otro. ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?