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En eso llegaron la madre y los hermanos de Jesús. Se quedaron afuera y enviaron a alguien a llamarlo,
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pues había mucha gente sentada alrededor de él.—Mira, tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan —le dijeron.
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—¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? —replicó Jesús.
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Luego echó una mirada a los que estaban sentados alrededor de él y añadió:—Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos.
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Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre.