1
Y otra vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca
2
Y le acechaban si en sábado le sanaría, para acusarle
3
Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate en medio
4
Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábados, o hacer mal? ¿Salvar la persona, o matarla? Mas ellos callaban
5
Y mirándolos alrededor con enojo, condoliéndose de la ceguedad de sus corazones, dice al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió; y su mano fue restituida sana como la otra
6
Entonces saliendo los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él, para matarle
7
Mas Jesús se apartó al mar con sus discípulos; y le siguió gran multitud de Galilea, y de Judea