1
Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.
2
Y le observaban para ver si le sanaba en el día de reposo, para poder acusarle.
3
Y dijo<***> al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquí en medio.
4
Entonces les dijo<***>: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio.
5
Y mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo<***> al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana.
6
Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar con los herodianos en contra de Jesús, para ver cómo podrían destruirle.