24
Jesús les dijo: ¿No es ésta la razón por la que estáis equivocados: que no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios?
25
Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos.
26
Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza ardiendo, cómo Dios le habló, diciendo: "YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, Y EL DIOS DE ISAAC, Y EL DIOS DE JACOB"?
27
El no es Dios de muertos, sino de vivos; vosotros estáis muy equivocados.
28
Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos?
29
Jesús respondió: El más importante es: "ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR NUESTRO DIOS, EL SEÑOR UNO ES;
30
Y AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA."
31
El segundo es éste: "AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO." No hay otro mandamiento mayor que éstos.
32
Y el escriba le dijo: Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que EL ES UNO, Y NO HAY OTRO ADEMAS DE EL;
33
Y QUE AMARLE CON TODO EL CORAZON Y CON TODO EL ENTENDIMIENTO Y CON TODAS LAS FUERZAS, Y AMAR AL PROJIMO COMO A UNO MISMO, es más que todos los holocaustos y los sacrificios.
34
Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y después de eso, nadie se aventuraba a hacerle más preguntas.
35
Y tomando la palabra, Jesús decía mientras enseñaba en el templo: ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
36
David mismo dijo por el Espíritu Santo: "EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DIESTRA, HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES.'"