8
Y los que eran dos, serán hechos una carne; así que no son más dos, sino una carne
9
Pues lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre
10
Y en casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo
11
Y les dice: Cualquiera que repudiare a su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella
12
y si la mujer repudiare a su marido y se casare con otro, comete adulterio
13
Y le presentaban niños para que los tocara; y los discípulos reñían a los que los presentaban
14
Y viéndolo Jesús, se enojó, y les dijo: Dejad los niños venir, y no se lo estorbéis; porque de los tales es el Reino de Dios
15
De cierto os digo, que el que no recibiere el Reino de Dios como un niño, no entrará en él
16
Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía
17
Y saliendo él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna
18
Y Jesús le dijo: ¿Por qué me dices bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios