7
Por esto (dice) dejará el hombre a su padre y a su madre, y se juntará a su mujer.
8
Y los que eran dos, serán hechos una carne; así que no son más dos, sino una carne.
9
Pues lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre.
10
Y en casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo.
11
Y les dice: Cualquiera que repudiare a su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella;
12
y si la mujer repudiare a su marido y se casare con otro, comete adulterio.
13
Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reñían a los que los presentaban.
14
Y viéndolo Jesús, se enojó, y les dijo: Dejad los niños venir, y no se lo estorbéis; porque de los tales es el Reino de Dios.
15
De cierto os digo, que el que no recibiere el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
16
Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.
17
Y saliendo él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?