2
¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos.
3
Y El se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en justicia al SEÑOR.
4
Entonces será grata al SEÑOR la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño y como en los años pasados.
5
Y me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo veloz contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los que juran en falso y contra los que oprimen al jornalero en su salario, a la viuda y al huérfano, contra los que niegan el derecho del extranjero y los que no me temendice el SEÑOR de los ejércitos.
6
Porque yo, el SEÑOR, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
7
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis estatutos y no los habéis guardado. Volved a mí y yo volveré a vosotrosdice el SEÑOR de los ejércitos. Pero decís: "¿Cómo hemos de volver?"
8
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: "¿En qué te hemos robado?" En los diezmos y en las ofrendas.
9
Con maldición estáis malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando.
10
Traed todo el diezmo al alfolí , para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en estodice el SEÑOR de los ejércitossi no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde.
11
Por vosotros reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo; ni vuestra vid en el campo será estérildice el SEÑOR de los ejércitos.
12
Y todas las naciones os llamarán bienaventurados, porque seréis una tierra de deliciasdice el SEÑOR de los ejércitos.