10
Y vueltos a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo
11
Y aconteció el día después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y gran multitud
12
Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban fuera a un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda; y había con ella grande compañía de la ciudad
13
Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores
14
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Joven, a ti digo, levántate
15
Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre
16
Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado a su pueblo
17
Y salió esta palabra de él por toda Judea, y por toda la tierra de alrededor
18
Y los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas; y llamó Juan a dos de sus discípulos
19
y envió a Jesús, diciendo: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro
20
Y como los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro