27
Después de esto salió Jesús y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado a la mesa donde cobraba.—Sígueme —le dijo Jesús.
28
Y Leví se levantó, lo dejó todo y lo siguió.
29
Luego Leví le ofreció a Jesús un gran banquete en su casa, y había allí un grupo numeroso de recaudadores de impuestos y otras personas que estaban comiendo con ellos.
30
Pero los fariseos y los maestros de la ley que eran de la misma secta les reclamaban a los discípulos de Jesús:—¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?
31
—No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos —les contestó Jesús—.
32
No he venido a llamar a justos sino a pecadores para que se arrepientan.