19
Entonces él les dijo: ¿Qué cosas ? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20
y cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes a condenación de muerte, y le colgaron de un madero.
21
Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido.
22
Aunque también unas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro;
23
y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive.
24
Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; más a él no le vieron.
25
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara (así) en su gloria?
27
Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, les declaraba esto en todas las Escrituras que eran de él.
28
Y llegaron a la aldea a donde iban; y él hizo como que iba más lejos.
29
Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Y entró con ellos.
30
Y aconteció, que estando sentado con ellos a la mesa , tomando el pan, bendijo, y partió, y les dio.
31
Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron; mas él se desapareció de los ojos de ellos.
32
Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
33
Y levantándose en la misma hora, tornáronse a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos.
34
Que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.
35
Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos en el partir el pan.
36
Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz sea a vosotros.
37
Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían algún espíritu.
38
Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones?
39
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.