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Y prendiéndole le trajeron, y le metieron en casa del príncipe de los sacerdotes. Y Pedro le seguía de lejos
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Y habiendo encendido fuego en medio de la sala, y sentándose todos alrededor, se sentó también Pedro entre ellos
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Y cuando una criada le vio que estaba sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: Y éste con él estaba
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Entonces él lo negó, diciendo: Mujer, no le conozco
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Y un poco después, viéndole otro, dijo: Y tú de ellos eras. Y Pedro dijo: Hombre, no soy
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Y como una hora pasada otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo
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Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y luego, estando él aún hablando, el gallo cantó
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Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces
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Y saliendo fuera Pedro, lloró amargamente
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Y los hombres que tenían a Jesús, se burlaban de él hiriéndole
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y cubriéndole, herían su rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza quién es el que te hirió