32
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo sea hecho
33
El cielo y la tierra pasarán; mas mis palabras no pasarán
34
Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día
35
Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra
36
Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre
37
Y enseñaba de día en el Templo; y de noche saliendo, se estaba en el monte que se llama de las Olivas
38
Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el Templo