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Pero que los muertos resucitan, aun Moisés lo enseñó, en aquel pasaje sobre la zarza ardiendo, donde llama al Señor, EL DIOS DE ABRAHAM, Y DIOS DE ISAAC, Y DIOS DE JACOB.
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El no es Dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven para El.
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Y algunos de los escribas respondieron, y dijeron: Maestro, bien has hablado.
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Porque ya no se atrevían a preguntarle nada.
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Entonces El les dijo: ¿Cómo es que dicen que el Cristo es el hijo de David?
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Pues David mismo dice en el libro de los Salmos: EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DIESTRA,
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HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES."
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David, por tanto, le llama "Señor." ¿Cómo, pues, es El su hijo?
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Mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a los discípulos:
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Cuidaos de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;
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que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; ellos recibirán mayor condenación.