14
Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: "No queremos que éste reine sobre nosotros."
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Y sucedió que al regresar él, después de haber recibido el reino, mandó llamar a su presencia a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían ganado negociando.
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Y se presentó el primero, diciendo: "Señor, tu mina ha producido diez minas más."
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Y él le dijo: "Bien hecho, buen siervo, puesto que has sido fiel en lo muy poco, ten autoridad sobre diez ciudades."
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Entonces vino el segundo, diciendo: "Tu mina, señor, ha producido cinco minas."
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Y dijo también a éste: "Y tú vas a estar sobre cinco ciudades."
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Y vino otro, diciendo: "Señor, aquí está tu mina, que he tenido guardada en un pañuelo;
21
pues te tenía miedo, porque eres un hombre exigente, que recoges lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste."
22
El le contestó<***>: "Siervo inútil, por tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré?
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"Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, y al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?"
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Y dijo a los que estaban presentes: "Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas."