22
Y Jesús, oído esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme
23
Entonces él, oídas estas cosas, se puso muy triste, porque era muy rico
24
Y viendo Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán dificultosamente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas
25
Porque más fácil cosa es entrar un cable por el ojo de una aguja, que un rico entrar al Reino de Dios
26
Y los que le oían, dijeron: ¿Y quién podrá ser salvo
27
Y él les dijo: Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios
28
Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido
29
Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el Reino de Dios
30
que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna
31
Y Jesús, tomando aparte a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre
32
Porque será entregado a los gentiles, y será escarnecido, e injuriado, y escupido