17
Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los llamados: Venid, que ya está todo aparejado.
18
Y comenzaron todos a una a excusarse. El primero le dijo: He comprado una hacienda, y necesito salir y verla; te ruego que me des por excusado.
19
Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me des por excusado.
20
Y el otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.
21
Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de la familia, dijo a su siervo: Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.
22
Y dijo el siervo: Señor, hecho es como mandaste, y aún hay lugar.
23
Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
24
Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron llamados, gustará mi Cena.
25
Y muchas personas iban con él; y volviéndose les dijo:
26
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo.
27
Y cualquiera que no carga su madero, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.