43
Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando el señor viniere, hallare haciendo así.
44
En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes.
45
Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a herir a los siervos y a las criadas, y a comer y a beber y a embriagarse;
46
vendrá el señor de aquel siervo el día que él no espera, y a la hora que él no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles.
47
Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho.
48
Mas el que no entendió, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a cualquiera que fue dado mucho, mucho será vuelto a demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.
49
Fuego vine a meter en la tierra; ¿y qué quiero, sino que se encienda?
50
Pero de un bautismo me es necesario ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que sea cumplido!
51
¿Pensáis que he venido a la tierra a dar paz? No, os digo; sino disensión.
52
Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres.
53
El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.