11
Aun el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad sacudimos en vosotros; pero esto sabed, que el Reino de los cielos se ha llegado a vosotros
12
Y os digo que los de Sodoma tendrán más remisión aquel día, que aquella ciudad
13
¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Que si en Tiro y en Sidón hubieran sido hechas las virtudes que se han hecho en vosotras, hace ya días que, sentados en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido
14
Por tanto, Tiro y Sidón tendrán más remisión que vosotras en el juicio
15
Y tú, Capernaum, que hasta los cielos estás levantada, hasta el Hades serás abatida
16
El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que a mí me desecha, desecha al que me envió
17
Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre
18
Y les dijo: Yo veía a Satanás, como un rayo que caía del cielo
19
He aquí os doy potestad de hollar sobre serpientes y sobre escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará
20
Mas no os gocéis de esto, que los espíritus se os sujetan; antes gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos
21
En aquella misma hora Jesús se alegró en espíritu, y dijo: Te confieso, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños; así, Padre, porque así te agradó