22
Habló aún el SEÑOR a Moisés, diciendo
23
Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ningún sebo de buey, ni de cordero, ni de cabra, comeréis
24
El sebo de animal mortecino, y el sebo del que fue arrebatado de fieras, se aparejará para cualquier otro uso, mas no lo comeréis
25
Porque cualquiera que comiere sebo de animal, del cual se ofrece al SEÑOR ofrenda encendida, la persona que lo comiere, será cortada de su pueblo
26
Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar donde habitéis, así de aves como de bestias
27
Cualquier persona que comiere cualquier clase de sangre, la tal persona será cortada de su pueblo
28
Habló más el SEÑOR a Moisés, diciendo
29
Habla a los hijos de Israel, diciendo: El que ofreciere su sacrificio de paz al SEÑOR, traerá su ofrenda del sacrificio de su paz al SEÑOR
30
sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar al SEÑOR; traerá el sebo con el pecho; el pecho para mecerlo, como sacrificio de mecedura delante del SEÑOR
31
y del sebo hará perfume el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos
32
Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de los sacrificios de vuestra paz