37
Y mirará la plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, verdosas, profundas o bermejas, las cuales parecieren más hundidas que la pared,
38
el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por siete días.
39
Y al séptimo día volverá el sacerdote, y mirará; y si la plaga hubiere crecido en las paredes de la casa,
40
entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad, en un lugar inmundo;
41
y hará descostrar la casa por dentro alrededor, y derramarán el polvo que descostraren fuera de la ciudad en un lugar inmundo;
42
y tomarán otras piedras, y las pondrán en el lugar de las piedras quitadas ; y tomarán otra tierra, y encostrarán la casa.
43
Y si la plaga volviere a reverdecer en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras, y descostrar la casa, y después que fue encostrada,
44
entonces el sacerdote entrará y mirará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, lepra roedora está en la tal casa: inmunda es.
45
Entonces derribará la casa, sus piedras, y sus maderos, y toda la mezcla de la casa; y lo sacará fuera todo de la ciudad a un lugar inmundo.
46
Y cualquiera que entrare en aquella casa todos los días que la mandó cerrar, será inmundo hasta la tarde.
47
Y el que durmiere en aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa, lavará sus vestidos.