31
Ofrecerá lo que pueda, uno como ofrenda por el pecado, y el otro como holocausto, junto con la ofrenda de cereal. Así el sacerdote hará expiación delante del SEÑOR en favor del que ha de ser purificado.
32
Esta es la ley para el que tenga infección de lepra, cuyos recursos para su purificación sean limitados.
33
Habló también el SEÑOR a Moisés y a Aarón, diciendo:
34
Cuando entréis en la tierra de Canaán, que os doy en posesión, y ponga yo una marca de lepra sobre una casa en la tierra de vuestra posesión,
35
el dueño de la casa irá y le avisará al sacerdote: "Algo así como la marca de la lepra ha aparecido en mi casa."
36
El sacerdote entonces ordenará que desocupen la casa antes de que él entre para examinar la marca, a fin de que nada se contamine en la casa; y después el sacerdote entrará y examinará la casa.
37
Examinará la marca, y si la marca sobre las paredes de la casa tiene depresiones verdosas o rojizas, y parece más profunda que la superficie,
38
el sacerdote saldrá a la puerta de la casa, y cerrará la casa por siete días.
39
Y al séptimo día el sacerdote regresará y la inspeccionará. Si la marca se ha extendido en las paredes de la casa,
40
el sacerdote les ordenará quitar las piedras que tienen la marca y arrojarlas a un lugar inmundo fuera de la ciudad.
41
Y hará raspar la casa toda por dentro, y arrojarán fuera de la ciudad, a un lugar inmundo, el polvo que raspen.
42
Luego tomarán otras piedras y reemplazarán aquellas piedras; y él tomará otra mezcla y volverá a recubrir la casa.
43
Sin embargo, si la marca vuelve a aparecer en la casa después de que él haya quitado las piedras y raspado la casa, y después de haberla recubierto con mezcla,
44
el sacerdote entrará y la examinará. Si ve que la marca se ha extendido en la casa, será una lepra maligna en la casa; es inmunda.
45
Derribará, pues, la casa, sus piedras, sus maderas y todo el emplaste de la casa, y los llevará fuera de la ciudad a un lugar inmundo.
46
Además, cualquiera que entre a la casa durante el tiempo que él la cerró, quedará inmundo hasta el atardecer.
47
También, el que duerma en la casa lavará sus ropas, y el que coma en la casa lavará sus ropas.
48
Pero si el sacerdote entra y la examina, y la marca no se ha extendido en la casa después de que la casa fue recubierta, el sacerdote declarará la casa limpia, porque la marca no ha vuelto a aparecer.
49
Entonces, para purificar la casa, tomará dos avecillas, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo,
50
y degollará una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua corriente.
51
Después tomará la madera de cedro, el hisopo y el cordón escarlata, juntamente con la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en el agua corriente, y rociará la casa siete veces.