17
Y mi alma ha sido privada de la paz, he olvidado la felicidad.
18
Digo, pues: Ha perecido mi vigor, y mi esperanza que venía del SEÑOR.
19
Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar, del ajenjo y de la amargura.
20
Ciertamente lo recuerda y se abate mi alma dentro de mí.
21
Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza:
22
Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan , pues nunca fallan sus bondades;
23
son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!
24
El SEÑOR es mi porcióndice mi alma por eso en El espero.
25
Bueno es el SEÑOR para los que en El esperan, para el alma que le busca.
26
Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR.
27
Bueno es para el hombre llevar el yugo en su juventud.