20
Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Mas el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor; que aun era muchacho
21
Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó las planchas que sus camellos traían al cuello
22
Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián
23
Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará; el SEÑOR será vuestro Señor
24
Y les dijo Gedeón: Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo. (Porque traían zarcillos de oro, que eran ismaelitas.
25
Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendiendo una ropa de vestir, echó allí cada uno los zarcillos de su despojo
26
Y fue el peso de los zarcillos de oro que él pidió, mil setecientos siclos de oro; sin las planchas, y joyeles, y vestidos de púrpura, que traían los reyes de Madián, y sin los collares que traían sus camellos al cuello
27
Y Gedeón hizo de ellos un efod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel fornicó tras de ese efod en aquel lugar; y fue por tropiezo a Gedeón y a su casa
28
Así fue quebrantado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más levantaron su cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón
29
Y Jerobaal hijo de Joás fue, y habitó en su casa
30
Y tuvo Gedeón setenta hijos que salieron de su muslo, porque tuvo muchas mujeres