32
Por tanto, aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, es decir, que Baal contienda contra él, porque había derribado su altar.
33
Pero todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzaron y acamparon en el valle de Jezreel.
34
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Gedeón, y éste tocó la trompeta y los abiezeritas se juntaron para seguirle.
35
Envió mensajeros por todo Manasés, que también se juntó para seguirle; y envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, que subieron a su encuentro.
36
Entonces Gedeón dijo a Dios: Si has de librar a Israel por mi mano, como has dicho,
37
he aquí, yo pondré un vellón de lana en la era. Si hay rocío solamente en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho.
38
Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua.
39
Y Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí si hablo otra vez; te ruego que me permitas hacer otra vez una prueba con el vellón; que ahora quede seco el vellón y haya rocío en toda la tierra.
40
Así lo hizo Dios aquella noche, porque solamente quedó seco el vellón y había rocío en toda la tierra.