5
Los montes se derritieron delante del SEÑOR, aquel Sinaí, delante del SEÑOR Dios de Israel
6
En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, cesaron los caminos, y los que andaban por las sendas se apartaban por sendas torcidas
7
Las aldeas habían cesado en Israel, habían cesado; hasta que yo Débora me levanté, me levanté madre en Israel
8
Al escoger nuevos dioses, la guerra estaba a las puertas. ¿Se veía escudo o lanza entre cuarenta mil en Israel
9
Mi corazón está por los príncipes de Israel, por los voluntarios en el pueblo; load al SEÑOR
10
Vosotros los que cabalgáis en asnas blancas, los que presidís en juicio, y vosotros los que andáis por el camino, hablad
11
A causa del estruendo de los arqueros, quitado de entre los que sacan las aguas, allí recuentan las justicias del SEÑOR, las justicias de sus aldeas en Israel. Ahora bajará el pueblo del SEÑOR a las puertas
12
Levántate, levántate, Débora; levántate, levántate; profiere un cántico. Párate, Barac, y lleva cautivo su cautividad, hijo de Abinoam
13
Ahora ha hecho que el que quedó del pueblo, señoree a los magníficos; el SEÑOR me hizo enseñorear sobre los fuertes
14
De Efraín salió su raíz contra Amalec, tras ti vino Benjamín contra tus pueblos; de Maquir descendieron príncipes, y de Zabulón los que solían manejar punzón de escribiente
15
Príncipes también de Isacar fueron con Débora; y también Isacar, como Barac se puso a pie en el valle. De las divisiones de Rubén son grandes los pensamientos del corazón
16
¿Por qué te quedaste entre las majadas, para oír los balidos de los rebaños? De las divisiones de Rubén grandes son las inquietudes del corazón
17
Galaad se quedó al otro lado del Jordán; y Dan ¿por qué se estuvo junto a los navíos? Aser se asentó a la ribera del mar, y en sus quebraduras se quedó
18
El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, y Neftalí en las alturas del campo
19
Vinieron reyes y pelearon; entonces pelearon los reyes de Canaán en Taanac, junto a las aguas de Meguido, mas no llevaron ganancia alguna de dinero
20
Desde los cielos pelearon; las estrellas desde sus caminos pelearon contra Sísara
21
Los barrió el arroyo de Cisón, el antiguo arroyo, el arroyo de Cisón. Pisaste, oh alma mía, con fortaleza
22
Los cascos de los caballos se embotaron entonces, por las pisadas, por las pisadas de sus valientes
23
Maldecid a Meroz, dijo el ángel del SEÑOR; maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en socorro al SEÑOR, en socorro al SEÑOR contra los fuertes
24
Bendita sobre las mujeres Jael, mujer de Heber cineo; sobre las mujeres bendita sea en la tienda
25
El pidió agua, y ella le dio leche; en tazón de nobles le presentó crema
26
Su mano tendió a la estaca, y su diestra al mazo de trabajadores; y majó a Sísara; le quitó la cabeza; hirió, y atravesó sus sienes
27
Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido; entre sus pies cayó encorvado; donde se encorvó, allí cayó muerto
28
La madre de Sísara asomándose a la ventana aulla, mirando por entre las rejas, diciendo: ¿Por qué se detiene su carro, que no viene? ¿Por qué las ruedas de sus carros se tardan
29
Sus princesas le respondían; y aun ella se respondía a sí misma
30
¿No han hallado despojos, y los están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; los despojos de colores para Sísara, los despojos bordados de colores; la ropa de color bordada de ambos lados, para el capitán de los que han tomado los despojos
31
Así perezcan todos tus enemigos, oh SEÑOR; mas los que te aman, sean como el sol cuando nace en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años