18
Zabulón era pueblo que despreció su vida hasta la muerte. Y también Neftalí, en las alturas del campo.
19
Vinieron los reyes y pelearon; pelearon entonces los reyes de Canaán en Taanac, cerca de las aguas de Meguido; no tomaron despojos de plata.
20
Desde los cielos las estrellas pelearon, desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
21
El torrente Cisón los barrió, el antiguo torrente, el torrente Cisón. Marcha, alma mía con poder.
22
Entonces resonaron los cascos de los caballos por el galopar, el galopar de sus valientes corceles.
23
"Maldecid a Meroz", dijo el ángel del SEÑOR, "maldecid, maldecid a sus moradores; porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, en ayuda del SEÑOR contra los guerreros."
24
Bendita entre las mujeres es Jael, mujer de Heber ceneo; bendita sea entre las mujeres de la tienda.
25
El pidió agua, y ella le dio leche; en taza de nobles le trajo cuajada.
26
Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda, y su diestra hacia el martillo de trabajadores. Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza; destruyó y perforó sus sienes.
27
A sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido; a sus pies se encorvó y cayó; donde se encorvó, allí quedó muerto.
28
Miraba por la ventana y se lamentaba la madre de Sísara, por las celosías: "¿Por qué se tarda en venir su carro? ¿Por qué se retrasa el trotar de sus carros?"