10
Cuando allá llegareis, vendréis á una gente segura, y á una tierra de ancho asiento; pues que Dios la ha entregado en vuestras manos; lugar donde no hay falta de cosa que sea en la tierra.
11
Y partiendo los de Dan de allí, de Sora y de Esthaol, seiscientos hombres armados de armas de guerra,
12
Fueron y asentaron campo en Chîriath-jearim, en Judá; de donde aquel lugar fué llamado el campo de Dan, hasta hoy: está detrás de Chîriath-jearim.
13
Y pasando de allí al monte de Ephraim, vinieron hasta la casa de Michâs.
14
Entonces aquellos cinco hombres que habían ido á reconocer la tierra de Lais, dijeron á sus hermanos: ¿No sabéis como en estas casas hay ephod y teraphim, é imagen de talla y de fundición? Mirad pues lo que habéis de hacer.
15
Y llegándose allá, vinieron á la casa del joven Levita en casa de Michâs, y preguntáronle cómo estaba.
16
Y los seiscientos hombres, que eran de los hijos de Dan, estaban armados de sus armas de guerra á la entrada de la puerta.
17
Y subiendo los cinco hombres que habían ido á reconocer la tierra, entraron allá, y tomaron la imagen de talla, y el ephod, y el teraphim, y la imagen de fundición, mientras estaba el sacerdote á la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados de armas de guerra.
18
Entrando pues aquellos en la casa de Michâs, tomaron la imagen de talla, el ephod, y el teraphim, y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis vosotros?
19
Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un hombre solo, que de una tribu y familia de Israel?
20
Y alegróse el corazón del sacerdote; el cual tomando el ephod y el teraphim, y la imagen, vínose entre la gente.
21
Y ellos tornaron y fuéronse; y pusieron los niños, y el ganado y el bagaje, delante de sí.
22
Y cuando ya se habían alejado de la casa de Michâs, los hombres que habitaban en las casas cercanas á la casa de Michâs, se juntaron, y siguieron á los hijos de Dan.
23
Y dando voces á los de Dan, éstos volvieron sus rostros, y dijeron á Michâs: ¿Qué tienes que has juntado gente?
24
Y él respondió: Mis dioses que yo hice, que lleváis juntamente con el sacerdote, y os vais: ¿qué más me queda? ¿y á qué propósito me decís: Qué tienes?
25
Y los hijos de Dan le dijeron: No des voces tras nosotros, no sea que los de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida, y la vida de los tuyos.
26
Y yéndose los hijos de Dan su camino, y viendo Michâs que eran más fuertes que él, volvióse y regresó á su casa.
27
Y ellos llevando las cosas que había hecho Michâs, juntamente con el sacerdote que tenía, llegaron á Lais, al pueblo reposado y seguro; y metiéronlos á cuchillo, y abrasaron la ciudad con fuego.
28
Y no hubo quien los defendiese, porque estaban lejos de Sidón, y no tenían comercio con nadie. Y la ciudad estaba en el valle que hay en Beth-rehob. Luego reedificaron la ciudad, y habitaron en ella.
29
Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, conforme al nombre de Dan su padre, hijo de Israel, bien que antes se llamaba la ciudad Lais.
30
Y los hijos de Dan se levantaron imagen de talla; y Jonathán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día de la transmigración de la tierra.
31
Y levantáronse la imagen de Michâs, la cual él había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.