5
Después, encendiendo las teas, echó las zorras en los sembrados de los Filisteos, y quemó hacinas y mieses, y viñas y olivares.
6
Y dijeron los Filisteos: ¿Quién hizo esto? Y fuéles dicho: Samsón, el yerno del Timnateo, porque le quitó su mujer y la dió á su compañero. Y vinieron los Filisteos, y quemaron á fuego á ella y á su padre.
7
Entonces Samsón les dijo: ¿Así lo habíais de hacer? mas yo me vengaré de vosotros, y después cesaré.
8
E hiriólos pierna y muslo con gran mortandad; y descendió, y fijóse en la cueva de la peña de Etam.
9
Y los Filisteos subieron y pusieron campo en Judá, y tendiéronse por Lehi.
10
Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender á Samsón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.
11
Y vinieron tres mil hombres de Judá á la cueva de la peña de Etam, y dijeron á Samsón: ¿No sabes tú que los Filisteos dominan sobre nosotros? ¿por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron.
12
Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte, y entregarte en mano de los Filisteos. Y Samsón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis.
13
Y ellos le respondieron, diciendo: No, solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, é hiciéronle venir de la peña.
14
Y así que vino hasta Lehi, los Filisteos le salieron á recibir con algazara: y el espíritu de Jehová cayó sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se tornaron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.
15
Y hallando una quijada de asno fresca, extendió la mano y tomóla, é hirió con ella á mil hombres.
16
Entonces Samsón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno herí mil hombres.
17
Y acabando de hablar, echó de su mano la quijada, y llamó á aquel lugar Ramath-lehi.
18
Y teniendo gran sed, clamó luego á Jehová, y dijo: Tú has dado esta gran salud por mano de tu siervo: ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?
19
Entonces quebró Dios una muela que estaba en la quijada, y salieron de allí aguas, y bebió, y recobró su espíritu, y reanimóse. Por tanto llamó su nombre de aquel lugar, En-haccore, el cual es en Lehi, hasta hoy.
20
Y juzgó á Israel en días de los Filisteos veinte años.