45
Y porque yo digo verdad, no me creéis.
46
¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
47
El que es de Dios, las palabras de Dios oye: por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
48
Respondieron entonces los Judíos, y dijéronle: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres Samaritano, y tienes demonio?
49
Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro á mi Padre; y vosotros me habéis deshonrado.
50
Y no busco mi gloria: hay quien la busque, y juzgue.
51
De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.
52
Entonces los Judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre.
53
¿Eres tú mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? y los profetas murieron: ¿quién te haces á ti mismo?
54
Respondió Jesús: Si yo me glorifico á mí mismo, mi gloria es nada: mi Padre es el que me glorifica; el que vosotros decís que es vuestro Dios;
55
Y no le conocéis: mas yo le conozco; y si dijere que no le conozco, seré como vosotros mentiroso: mas le conozco, y guardo su palabra.