14
Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesús había hecho, decían: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo
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Y sabiendo Jesús que habían de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió a retirarse al monte, él solo
16
Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos al mar
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y entrando en un navío, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos
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Y el mar comenzó a levantarse con un gran viento
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Cuando hubieron navegado como veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que andaba sobre el mar, y se acercaba al navío; y tuvieron miedo
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Pero él les dijo: YO SOY; no tengáis miedo
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Y ellos le recibieron de buena gana en el navío; y luego el navío llegó a la tierra donde iban
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El día siguiente, la multitud que estaba al otro lado del mar, como vio que no había allí otra navecilla sino una, en la cual habían entrado sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en el navío, sino que sus discípulos se habían ido solos
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y que otras navecillas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber el Señor dado gracias
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cuando vio pues la multitud que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos en las navecillas, y vinieron a Capernaum buscando a Jesús
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Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá
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Les respondió Jesús, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis
27
Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará; porque a éste señaló el Padre, que es Dios
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Y le dijeron: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios
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Respondió Jesús, y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él envió
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Le dijeron entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obras
31
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer
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Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo
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Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo
34
Y le dijeron: Señor, danos siempre este pan
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Y Jesús les dijo: YO SOY el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás
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Mas ya os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis
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Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera
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Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió
39
Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que de todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero
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Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero
41
Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: YO SOY el pan que descendí del cielo
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Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido
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Y Jesús respondió, y les dijo: No murmuréis entre vosotros
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Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero