29
y los que hicieron bienes, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron males, a resurrección de juicio
30
No puedo yo de mí mismo hacer nada; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, del Padre
31
Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero
32
Otro es el que da testimonio de mí; y sé que el testimonio que da de mí, es verdadero
33
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio a la verdad
34
Pero yo no tomo el testimonio de hombre; sino digo estas cosas, para que vosotros seáis salvos
35
El era lámpara que ardía y alumbraba; mas vosotros quisisteis recrearos por una hora a su luz
36
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliera, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado
37
Y el que me envió, el Padre, él dio testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer
38
Ni tenéis su palabra permaneciendo en vosotros; porque al que él envió, a éste vosotros no creéis
39
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí
40
Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida
41
Gloria de los hombres no recibo
42
Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros
43
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a aquel recibiréis
44
¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros? Y no buscáis la gloria que de solo Dios es
45
No penséis que yo os tengo que acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis
46
Porque si vosotros creyerais a Moisés, me creeríais a mí; porque de mí escribió él
47
Y si a sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis a mis palabras